Opacidad en los pomos plásticos: ¿de qué se trata?

Opacidad en plásticos: ¿qué es y por qué es importante?

Los objetos plásticos pueden clasificarse en tres categorías de acuerdo a su capacidad para permitir o bloquear el paso de la luz. Los plásticos opacos son aquellos que no permiten el paso de la luz, mientras que los traslúcidos la permiten de manera difusa y los transparentes dejan pasar la luz casi por completo, permitiendo una visibilidad clara.

Es muy importante diferenciar la falta de opacidad de la falta de concentración de color. La falta de concentración de color hace referencia a una cantidad insuficiente de pigmento, lo que afecta la intensidad lograda en la coloración. No obstante, la falta de opacidad refiere a la incapacidad del material para bloquear el paso de la luz, lo que puede ocurrir incluso si el color es intenso.

Algunas de las razones que hacen que la opacidad sea una propiedad fundamental en los pomos plásticos son las siguientes:

Estética: una opacidad inadecuada puede resultar en transparencias no deseadas o en efectos visuales imprevistos, afectando la apariencia del producto.
Funcionalidad: el material debe proteger el contenido de la exposición a la luz, como la luz UV, que puede degradar determinados productos.
Protección: para determinados productos sensibles a la luz, como los medicamentos, los productos cosméticos, los alimentos o las bebidas, es fundamental que el envase bloquee la luz para preservar las propiedades y la calidad del contenido.

¿Qué factores influyen en la opacidad?

Siguiendo lo mencionado anteriormente, la opacidad de un producto plástico como un pomo se puede ver influenciada por distintos factores tales como:

1. El tipo de material plástico usado: debido a que sus propiedades intrínsecas afectan su capacidad para bloquear la luz. El poliestireno es naturalmente transparente, mientras que otros pueden ser opacos o translúcidos. Los polímeros termoestables suelen ser opacos. Además, la densidad del polietileno está también relacionada con la claridad y la ausencia de opacidad.
2. El grosor de la pieza: las piezas más gruesas suelen tener mayor opacidad.
3. La cantidad y el tipo de pigmento: los aditivos como el dióxido de titanio pueden mejorar la opacidad. 
4. La textura de la superficie: puede alterar la percepción de la opacidad.
5. El proceso de fabricación: éste puede modificar la densidad del material, impactando en la opacidad.

La opacidad se mide de forma precisa usando un espectrofotómetro que evalúa la cantidad de luz que atraviesa el material en comparación con una referencia estándar. La medición de la transmitancia indica el porcentaje de luz que pasa a través del material. Un plástico completamente opaco tendrá transmitancia del 0% mientras que un plástico transparente puede llegar al 90%.

Es indispensable controlar correctamente la opacidad para que el producto final cumpla con las expectativas de cada caso, tanto en apariencia como en protección y en funcionalidad.